Ponte el vestido rojo

Una telenovela, eso es la vida
cuyo protagonista sólo actúa
bajo guiones escritos
por manos de azar que siempre fluctúa
entre lo trivial y lo ya sabido

Con otras palabras un inglés dijo
que somos marionetas del destino
como si fueran burlas
de un demiurgo maldito
aquellos mitos del libre albedrío.

Sin embargo uno escoge
de vez en vez en cuando
quizás no la historia más sí el reparto
o la fuerza de lo representado

Por eso te propongo,
Beatriz Desdémona Laura Julieta,
ponte el vestido rojo
vámonos lejos pronto
que pronto mi novia estará de vuelta.







Este poemío puede ser escuchado (en voz del autor, jajaja) en http://www.radiosopa.com/ donde, por cierto, también transmiten de vez en cuando mis rolas y algunas entrevistas.
Aprovecho la mención a tan eminente radioestación para mandar un saludo más que fraternal a Marco Saucedo, compañero de armas, letras y borracheras. (¿Para cuando esas chelas?)

propuesta

Te propongo crear un mundo nuevo,
inventar palabras contra el olvido,
tocarnos como se tocan dos ciegos,
arrancar de tajo silentes gritos.

Te propongo el otoño en una tarde
y en invierno bebiendo primaveras;
tu ausencia y mi soledad se separen
sin preguntas pero sí con respuestas.

Te propongo del brazo alguna calle
pisando los temores hojas secas;
risas y besos de labios en baile,
lunas de queso y racimos de estrellas.

Un abrigo calor color de brazos
versos despiertos dormidos en flor,
que no vivas en mis ojos cerrados
que no mueras con cada nuevo sol...

Te propongo jugar a ser felices,
te presto el corazón y mis juguetes,
te los regalo si te pones triste,
si luego te aburren, me los devuelves.

Te propongo inventar un mundo nuevo,
¡todo lo que brilla puede ser oro!
Te propongo que tú y yo lo intentemos
antes que diga la muerte: propongo.

mi dolor

Es tan vano mi vano sufrimiento;

está tan falto de motivos ciertos

y tan ausente de dolor sincero;

está tan lleno de vacío mi duelo .

Tan insignificante ;

insoportablemente soportable .

No es punzada y da comezón constante;

es mojiganga mi padecimiento.

Es dolor tan carente,

tan demasiado poco;

a queja insuficiente,

es mi dolor tan fofo

que Tántalo, Sísifo y Prometeo,

burlándose de mí ,

sufriendo penas que ellos no eligieron

me ven sufriendo penas que elegí,

que yo elegí, que yo, que yo elegí.

Devaluados tiempos

Este cuento breve aparece publicado en el número 8 de la revista CATAFICCIA www.cataficcia.blogspot.com)

Hoy tampoco lograré reunir la suma requerida.

Agustina se reirá de mí cuando llegue otra vez con la cantidad incompleta pidiéndole que, por favor, la acepte como anticipo. “Ya te acepté muchos anticipos ¿no?” –Me dirá. Yo, con estúpida cara suplicante, la persuadiré para que acceda, apelando a los viejos tiempos… Cuando no me cobraba… Cuando no había necesidad porque su hermosura y juventud le permitían percibir mayores ganancias. Sin cobrar.

En esos tiempos, viejos, yo tampoco necesitaba pagar porque me quisieran. Y cómo desperdigaba el dinero que hoy me falta para completarle a Agustina, a quien voy a ver, ni siquiera porque todavía me guste; sino por nostalgia cursi de esos tiempos, como ella y yo, también devaluados.