viernes, 29 de mayo de 2009

Banco de semillas orgánicas y La filosofía no sirve para nada




Segunda parte


La idea que Adriana (La chica linda que conocí –ver nota anterior-) me contagió cuando platiqué con ella seis minutos es la construcción arquitectónica de un banco se semillas filosóficas; idea que pretendo contagiar a todo aquel que se deje.
Me explico:
En la cátedra extraordinaria “Literatura y poder” que tomo los jueves, el profesor Volpi ha hablado en múltiples ocasiones sobre la teoría de los “memes” que Dawkins desarrolla en El gen egoísta. A grandes rasgos trata que las ideas (memes) son como los genes o como un virus, a nivel evolutivo -homenajeando a Darwin en su bicentenario-; lo que buscan es reproducirse y permanecer. Las ideas más aptas sobreviven, las menos aptas perecen.
De modo que la idea de expulsar a la filosofía de los planes de estudio será inepta (no apta) si no evoluciona; y, apta, si tal aberración logra contagiar a un gran número de mentes.
La idea de erigir un banco de semillas filosóficas consiste en el experimento de contagiar el “meme” de que el estudio de la filosofía es fundamental en la formación del ser. Y, así como Adriana (la chica linda que conocí) tiene la intención de preservar semillas que garanticen la presencia de frutos orgánicos en el futuro, el proyecto del banco de semillas filosóficas buscará garantizar la presencia de filósofos, no transgénicos, que hereden y contagien, no la postura acartonada del pseudofilósofo neosofista pusilánime dizquexistencialista, sino la actitud filosófica que parte del asombro y va dirigida, mediante la contemplación estética, hacia el conocimiento del mundo y del ser.
Lo dicho requiere de una mayor explicación y profundización pertinente. Cada término y cada afirmación habrá de desarrollarse, como el concepto de “estética”, referente a la sensibilidad, o el de “ser”, integrado por la esfera física, espiritual y mental con sus particulares complicaciones terminológicas… asuntos todos que pretenden ser abordados en el proyecto del banco de semillas filosóficas.
Por supuesto que la idea no es innovadora; la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, por ejemplo, en su colegio de filosofía se encarga de preservar los memes filosóficos y en Puebla, por hablar de un grupo no institucional, existe el "Observatorio Filosófico", conformado por académicos y entes diversos que se reúnen para filosofar en torno a la filosofía.
Erigir la arquitectura de un banco de semillas filosóficas es tomar partido en una actitud consciente; asumir el compromiso de ser un propagador de memes para que en el futuro a cualquiera le parezca una necedad querer evitar la enseñanza de las humanidades… De por sí la alienación ha convertido a varios en filisteos: seres sin necesidades espirituales, más cercanos al chango -homenajeando a Darwin en su bicentenario- en sus conductas de inmediatez, apropiación consumo y destrucción; superficiales, estultos y huecos.
Hacer algo al respecto no garantiza que cambiemos el rumbo ya que la filosofía no sirve para nada (ver nota anterior), pero entrarle con todo al proyecto del banco de semillas filosóficas será, os lo aseguro, harto entretenido.


Continuará…
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martes, 26 de mayo de 2009

Banco de semillas orgánicas y La filosofía no sirve para nada







Adriana es el nombre de la chica linda que “conocí” el viernes que fui a entregar los documentos para la convocatoria de jóvenes creadores del FONCA… su proyecto era un modelo arquitectónico que consistía en un banco de semillas orgánicas ya que gran cantidad de los frutos que consumimos son obtenidos mediante cultivos transgénicos y, por tanto, no heredan semilla. De modo que es necesario prever el asunto y planear la construcción de diversos bancos que garanticen la preservación de semillas orgánicas… No me atreví a invitarle un café para seguir platicando. Cuando salía a la calle de Donceles, no la vi por ningún lado. Hablamos sólo seis minutos y eso bastó para quedar profundamente enamorado de ella durante los siguientes seis minutos… tiempo en que llegué a la fachada de las oficinas de la SEP donde un grupo de estudiantes de filosofía se manifestaba por la no abolición de la materia en el plan de estudios de preparatoria.



¿O sea que la cosa va en serio? ¿A algún subnormal se le ha ocurrido pensar que la asignatura de filosofía sobra en los planes de estudio? ¿Verdaderamente se está considerando eliminar la enseñanza filosófica de la etapa adolescente en la formación académica de un estudiante? (Etapa adolescente del conocimiento mismo. Aunque el estudiante contara con más de cuarenta años, considero que la educación preparatoria es una especie de “adolescencia epistemológica”).
Pensé que era broma. Simpática, además. Preguntarse para qué sirve la filosofía es un ejercicio filosófico en sí mismo, cuyas múltiples respuestas han erigido un gran porcentaje de la historia de esta disciplina. De tal manera que la “metabroma” podría continuarse con una respuesta incendiaria y provocadora: “La filosofía no sirve para nada” y, después de una serie de ejercicios mentales, con citas de eruditos y reflexiones epistémicas, llegar a la conclusión de que la filosofía no “sirve” porque no es servil; no tiene un uso utilitario de consumo como la mayoría de los artículos empleados en esta sociedad globalizada.
Se entiende para qué sirve el papel higiénico; se entiende que el transporte público sirve de mucho (eficientemente o no); se entiende, también, para qué sirve, si funciona, un refrigerador, una estufa o un horno de microondas… pero preguntarse para qué sirve cualquier disciplina que concierna al intelecto y a la sensibilidad —entiéndase Artes y Humanidades— no puede ser más que una broma o estulticia.
Cuestionarse preocupadamente por la utilidad y lo servil es, para José Ortega y Gasset, una de las principales características del “hombre masa” cuya definición brinda en su ensayo La rebelión de las masas:

el hombre previamente vaciado de su propia historia, sin entrañas de pasado [...] no siente que existe en el planeta para hacer algo determinado e incanjeable, es incapaz de entender que hay misiones particulares y especiales mensajes. Por esta razón es hostil al liberalismo, con una hostilidad que se parece a la del sordo hacia la palabra. [...] Se comprende que aspire a prescindir de ella [la libertad] quien no tiene auténtico quehacer.

Por eso quienes no han consagrado sus percepciones a la apreciación estética siempre entran en conflicto cuando se les pregunta para qué asisten a alguna manifestación artística; o para qué estudian literatura, teatro o filosofía.
Quien me lo ha preguntado inspira en mí ser una gran ternura. Si tengo tiempo, disposición e interés, platicamos largamente (a veces por años) si no, simplemente contesto que preguntarse eso sería como cuestionarse para qué comer si, inexorablemente, habremos de acudir al baño… Y cuando el interlocutor pretende lucir su ingenio manifestando la sinapsis que brota en su coco y argumenta que, en el caso de la alimentación, los nutrientes que el organismo recibe y administra para conseguir energía bien vale la pena el trámite de visitar el consabido water, yo confirmo: ¡Ándale, eso mismo pasa con las artes y las humanidades. Los nutrientes que ellas brindan son del tipo espiritual y se van directo a la energía vital del alma. Así como es debido alimentar al cuerpo (preferentemente de manera sana; ejercitarlo, si se puede) igualito habrá que darle de comer al alma pues si no, se enferma, languidece y, en ocasiones, se nos muere.
He visto personas cuyo cuerpo es un ambulante féretro de su alma. Gente sin espíritu; consumidores de cosas sin espíritu, incapaces de trascender o profundizar más allá de lo epidérmico… Sólo alguien así puede prescindir de la actitud filosófica, vivir tranquilo y, además, querer erradicarla del plan de estudios de bachillerato.


¡Pero si la materia de filosofía debería estar incluida en los planes de estudio desde el kinder garden! Es más, filosofía prenatal debería de haber. ¿Saben por qué? Por que la filosofía no sirve para nada. En todo caso, somos los humanos quienes servimos a la filosofía. Tratando de responder las preguntas universales que jamás contestaremos hemos logrado mantener la actividad filosófica, inherente al ser y de mayor efervescencia en el niño —filósofo por excelencia— que parte del asombro para conocer al mundo y conocerse y cuestionar su relación con él… Luego el niño, con soberbia pubertad, deja de preguntarse y es ahí donde urgen las clases de filosofía para intentar regresar al ser a la actitud contemplativa…




Continuará…












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martes, 19 de mayo de 2009

Murió en domingo




“Falleció mientras dormía en su domicilio, en profunda paz. De a poquito dejó de respirar” Informó su secretario Ariel Silva, poco antes de que los médicos firmaran el certificado de defunción. [Reforma]


Tuve a mis alumnos escuchando poemas de Mario Benedetti la clase entera. Los poemas bebidos hasta tarde por pupilas nostálgicas que conocieron (y después reconocieron) el poder de las palabras con los versos del uruguayo. Quien me ayudó con táctica y estrategia a seducir los tímpanos que mi mocedad logró humedecer; quien me instruyó en el arte de ordenar las soledades; quien enseñó a mi alma a conjugar el verbo “nostalgia”...

yo nostalgio
tú nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie


Mario Benedetti fue para mí, como para muchos, el iniciador de una manera viva de ver la vida. Ofreciendo sencilla, clara y generosa, su poesía siempre al alcance de la mano, sin la pretensión erudita, simplemente ahí, como el aire en descampado.

Las cosas como son y las palabras bien acomodadas, es la enseñanza que he tratado de aprenderle. Sobre todo en su narrativa que me parece muy sabrosa. A veces agridulce como ciertas verdades, a veces amarga como el chocolate amargo. Los cuentos me ponen vulnerable y algunas novelas de verdad me dejan mal herido. Por ejemplo, Primavera con una esquina rota sigue conmoviéndome, y La tregua me raspa una certeza que se acerca cada vez más…


Conocí la literatura de Benedetti perdiéndola: una antología que mi prima Amanda Rojas (en el primer lustro de los noventa) me prestó de la biblioteca de su papá para que montáramos “Te quiero”, olímpicamente la perdí en uno de los salones de biología de la prepa 2… Cuando volví a buscarlo no estaba ya el ejemplar, así que busqué el título en las librerías del centro. La antología que compré no era la misma que extravié así que mi prima no la quiso y yo aún la conservo. No dejé de buscar el libro que perdí por descuido y en esa búsqueda me encontré con una serie de títulos que fui adquiriendo y que también conservo.


Tengo, también de Benedetti, un libro que me prestó Yao, el día que fuimos en grupo a ver “El hombre de la mancha” y que jamás le devolví. Me gustaría volver a verla para decirle que a menudo la recuerdo aunque fue novia de Memo y no mía (quizá por eso). Su libro, junto con cierto anhelo, también lo conservo.
Geografías es de Consuelo que quería que la dirigiera en una escenificación del cuento “Como Greenwich”. Nunca lo hicimos y hace años que no veo a Consuelo, pero el recuerdo de aquellos buenos tiempos, igual que su libro, también lo conservo.


Eso y tantas cosas más, como el recuerdo de Benedetti mismo declamando en alemán en el filme El lado oscuro del corazón y los poemas que Nacha Guevara y Serrat hicieran canción, son los motivos por los que, a modo de homenaje, tuve a mis alumnos escuchando poemas de Mario Benedetti la clase entera.

No podía morir en otro día que no fuera domingo.

Descansa en paz (tú más que nadie) Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia.


Memorándum

Uno llegar e incorporarse al día
dos respirar para subir la cuesta
tres no jugarse en una sola apuesta
cuatro escapar de la melancolía
cinco aprender la nueva geografía
seis no quedarse nunca sin la siesta
siete el futuro no será una fiesta
y ocho no amilanarse todavía
nueve vaya a saber quién es el fuerte
diez no dejar que la paciencia ceda
once cuidarse de la buena suerte
doce guardar la última moneda
trece no tutearse con la muerte
catorce disfrutar mientras se pueda

Mario Benedetti


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