martes, 25 de mayo de 2010

El caracol

Llevo mi casa a donde voy
y trato de ser,
las más de las veces,
lo que soy.

Procuro despertar, por lo menos,
una vez al día
y soñar,
deliberadamente,
cada vez que el alma lo pida.

Decir que voy despacio
es un decir;
rápido aprendí que todo es relativo.
Me cuelo,
cuando puedo,
en la fiesta del vivir
y me retiro el habla
cuando,
insobornable,
me maldigo.

Concha de mar, eterno retorno, espiral…
me arrastro al hacer “camino al andar”…

Llevo mi casa a donde voy
y trato de ser,
las más de las veces,
lo que soy.







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