viernes, 18 de abril de 2008

Cuando anochece

Una vez más la tarde murió
y comienza el desfile de soledad y recuerdos;
me abandono en el perchero y comienzo a ser yo:
desnudo, sin alma, impacientemente quieto.

Me desdoblo amargo, gritando en silencio;
ya no queda un solo cajón vacío,
hace falta espacio para tanto olvido.

Y mientras bebo gota a gota el tiempo
la noche y los grillos cantan afuera;
una vez más, la tarde había muerto...

4 comentarios:

Cicuta drinker dijo...

Noche, olvido.
Dicen los que saben que hace mucho daño combinar la noche y los recuerdos, que es una explosión para el corazón y para el cerebro. Pero , amigo, nunca olvides la música, que hace que la noche se llene de uno mismo, y se olvide de olvidar.
se me olvido que te olvidé, a mí que nada se me olvida.

Anónimo dijo...

y yo que pensaba que en los cajones se guardaban los recuerdos, ahora me encuentro con que ahí se guardan los olvidos

Anónimo dijo...

cha eso de desdoblarse amargamente...como dice coriche...no esta chido...pero la noche trae cosas buenas jejejejjejejejejejej

ésa que no soy yo dijo...

A mí me gusta la noche, por su dósis de olvido, hace al mundo más fácil de entender, o de ignorar.