martes, 8 de enero de 2008

De lo que se trata



Se trata de publicar cada semana un texto; contar algo, “trepar” algo: escribir algo y ponerlo en este espacio del que no puedo decir que nadie lo lee. Se supone que tengo ya tres lectores. Tres lectores que prometieron visitar mi blog semanalmente; a ellos: Melany Bonita, Roci Algarabía y Alejo Argentino les debo ya la formalidad de publicar algo cada semana. Es un compromiso adquirido con ellos tres, mis lectores queridos.
¿Para qué? Para tener ágiles los dedos, para ir haciendo oficio la ocupación esta de los textos “escrividos” (escri-vidos: contracción de las palabras “escritos, vividos”), para asumir el deber –uno al menos- de tener un espacio virtual esperando mi nota semanal… Nota que, en el mejor de los casos, surgirá la semana correspondiente (como ésta) y, en el peor, será un texto ya existente colocado mediante los pases mágicos del copy-paste.
La clasificación de los escritos puede ser: reseña, artículo, cometario, poemío, info, mini ficción y quizá alguna otra que no considero ahora mas puede surgir de pronto. Nada de mi “mal querido diario” porque este blog no pretende ser un diario, ni pretende enterar a nadie en particular del espectáculo de mis tribulaciones y cotidianidades. Se trata de escribir semanalmente seiscientas palabras que encuentren su pertinente ubicación en este blog. Es un reto para sacudir la holgazanería que siempre está colgada de los hombros del escritor que no lo es aún; una forma de ejercitar la disciplina aletargada que le estorba al oficio.
Escribir cuando uno está inspirado resulta más fácil y, aún así, parece que uno de los problemas de quienes aspiramos a esta noble dedicación es que, cuando llega al cerebro la idea sublime, generadora del texto acreedor al próximo premio novel de literatura, uno no tiene la práctica necesaria para redactarla… Y la redacción tiene el cinismo de burlase en nuestras narices, haciéndonos creer que es cosa sencilla y ¡no!, no es sencillo redactar; es decir, exponer de manera clara, coherente y cohesionada, con todo lo que ello implica, una idea no es, en primera instancia, nada fácil. Y cuando, además, no hay idea, la cosa se complica al grado de poder declarar abiertamente que, “señores, estamos jodidos”.
Hoy decía a mis alumnos, en tono de maestro, claro, que toda redacción exige intención y conocimiento. O sea que “hay que conocer de lo que se hablará y tener clara la intención del texto que vamos a desarrollar” Eso decía hoy que reanudamos clases en el seminario a medio día. Y ahora, por la noche, intento hacer mi nota semanal para el blog y no puedo dejar de sentirme como un gran farsante… Menos grande que cuando releo el Malparaíso plagado de errores de esos de los que la redacción se mofa. Y quiero justificarme diciendo: “Pero es que empecé a dar clases después de publicarlo” a lo que otra voz contesta: “Pero ya habías cursado cuatro años de letras hispánicas…!Farsante!”
Por ello, en estos escritos, se trata de quitar el cochambre de la culpa. Pretenderé que no existan errores en la redacción, por lo que pido a mis tres lectores que de encontrar alguno me lo hagan saber inmediatamente para exterminarlo sin piedad (al error, no al lector)
Y con estas palabras mal cumplo el propósito semanal -por favor no se confunda con propósito de año nuevo, el de la uva y su posterior incumplimiento- para inaugurar la primera semana de este dos mil ocho y con ella la formalidad asumida de estar “trepando” algo al esté blog cada vez que pasen siete días porque, simple y sencillamente, de eso se trata.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora te puedes jactar de tener 4 lectores. Si tu te comprometes a escribir cada 7 días, yo me comprometo a leerte y dejar mi opinión. Me gusta la gente que se exige a sí misma.

Anónimo dijo...

a huevo que chingon!! escritos firmados por rojas... yeah... pues si ud nos deja leerlo, yo tambien prometo comentarlo sr... saludos y agilize esos dedulces