Cada vez son más los medios que han dejado de promover artículos, campañas publicitarias y espectáculos simplemente porque ahora prefieren promocionarlos… En periódicos, revistas; programas de televisión y de radio; comentaristas, conductores y gente del espectáculo han preferido el uso de la palabra “promocionar”; promoviéndola al punto de que ya ha logrado insertarse en el Diccionario de
Promover: (Del lat. promovēre).
1. tr. Iniciar o impulsar una cosa o un proceso, procurando su logro.
2. tr. Levantar o elevar a alguien a una dignidad o empleo superior al que tenía.
3. tr. Tomar la iniciativa para la realización o el logro de algo.
Es decir,
Quizá nos encontremos ante un proceso natural de evolución de la palabra que sigue este curso: promovēre –promover- promocionar. e influĕre – influir – influenciar. Donde los últimos términos suplirán a los anteriores como estos, a su vez, lo hicieron con los términos latinos…
Espero que no porque, de ser así, mi amiga Xóchitl Castellanos iniciará una campaña “promocionando que hagamos una expulsación de la palabra influenciar.” (Por cierto, la palabra “expulsación” no está aún en el DRAE.)
Lo cierto es que, aunque ni promocionar ni influenciar nos gusten deberemos abandonar la batalla, perdida de antemano, de intentar corregir a quien las usa porque, en principio, está en todo su derecho de usar su lengua como quiera y, en segundo lugar, porque ambas entradas ya están en el DRAE.
¿Y por qué estas gentes tienen tal preferenciación? (Las palabras “gentes” y “preferenciación” tampoco están en el DRAE)
Bueno, pues a esto contesta Alex Grijelmo en su libro La seducción de las palabras hablando de las palabras largas donde comenta que
Los conceptos están en el fondo de las palabras; y, como hemos visto, se ven influidos por ellas: por su sonido especialmente. La forma de pronunciar un término influye en la percepción de su contenido. (…) buscando con ello la fascinación de los oyentes, que se quedan perplejos ante esa supuesta elevación de los conceptos, y quizá pensando que tales archisílabos esconden en sus fonemas añadidos un significado que ellos no alcanzan abarcar.[2]
Y brinda después una larga lista de palabras que presentan este mismo fenómeno. Hablantes que en lugar de aplicar un método, establecen una metodología; quienes completan y quienes complementan; los que analizan la intención y los que analizan la intencionalidad; quienes buscan aclarar frente a los que buscan esclarecer…[3]
En cuanto a promover e influir me queda el consuelo de que, al parecer, un gran número de personas no ha sucumbido ante los guiños de sus respectivos exbarbarismos. Un ejemplo puede ser la búsqueda de tales términos en la red, donde el 16 de mayo (2008) encontré en google, buscando en “páginas de México” las siguientes entradas:
Promover: 553,000
Promocionar: 409,000
Influir: 372,000
Influenciar: 34,300
Tan bonito que suena “Influir”; tan elegante que se ve la definición en el DRAE, con su prosapia latina y sus cuatro acepciones.
Influir: (Del lat. influĕre).
1. intr. Dicho de una cosa: Producir sobre otra ciertos efectos; como el hierro sobre la aguja imantada, la luz sobre la vegetación, etc. U. t. c. tr.
2. intr. Dicho de una persona o de una cosa: Ejercer predominio, o fuerza moral. U. t. c. tr.
3. intr. Contribuir con más o menos eficacia al éxito de un negocio. U. t. c. tr.
4. intr. desus. Dicho de Dios: Inspirar o comunicar algún efecto o don de su gracia.
A diferencia de “influenciar”, que únicamente aparece así:
Influenciar: 1. tr. influir.
MORF. conjug. c. anunciar.
Ni hablar. Trato de consolar a mi amiga Xóchitl Castellanos quien nunca se dejará “influenciar” ni siquiera por el Diccionario de
2 comentarios:
sip es el fin del mundo ... como lo conocemos
no inventes, demasiado influyente tu promoción =P
Publicar un comentario