martes, 26 de mayo de 2009

Banco de semillas orgánicas y La filosofía no sirve para nada







Adriana es el nombre de la chica linda que “conocí” el viernes que fui a entregar los documentos para la convocatoria de jóvenes creadores del FONCA… su proyecto era un modelo arquitectónico que consistía en un banco de semillas orgánicas ya que gran cantidad de los frutos que consumimos son obtenidos mediante cultivos transgénicos y, por tanto, no heredan semilla. De modo que es necesario prever el asunto y planear la construcción de diversos bancos que garanticen la preservación de semillas orgánicas… No me atreví a invitarle un café para seguir platicando. Cuando salía a la calle de Donceles, no la vi por ningún lado. Hablamos sólo seis minutos y eso bastó para quedar profundamente enamorado de ella durante los siguientes seis minutos… tiempo en que llegué a la fachada de las oficinas de la SEP donde un grupo de estudiantes de filosofía se manifestaba por la no abolición de la materia en el plan de estudios de preparatoria.



¿O sea que la cosa va en serio? ¿A algún subnormal se le ha ocurrido pensar que la asignatura de filosofía sobra en los planes de estudio? ¿Verdaderamente se está considerando eliminar la enseñanza filosófica de la etapa adolescente en la formación académica de un estudiante? (Etapa adolescente del conocimiento mismo. Aunque el estudiante contara con más de cuarenta años, considero que la educación preparatoria es una especie de “adolescencia epistemológica”).
Pensé que era broma. Simpática, además. Preguntarse para qué sirve la filosofía es un ejercicio filosófico en sí mismo, cuyas múltiples respuestas han erigido un gran porcentaje de la historia de esta disciplina. De tal manera que la “metabroma” podría continuarse con una respuesta incendiaria y provocadora: “La filosofía no sirve para nada” y, después de una serie de ejercicios mentales, con citas de eruditos y reflexiones epistémicas, llegar a la conclusión de que la filosofía no “sirve” porque no es servil; no tiene un uso utilitario de consumo como la mayoría de los artículos empleados en esta sociedad globalizada.
Se entiende para qué sirve el papel higiénico; se entiende que el transporte público sirve de mucho (eficientemente o no); se entiende, también, para qué sirve, si funciona, un refrigerador, una estufa o un horno de microondas… pero preguntarse para qué sirve cualquier disciplina que concierna al intelecto y a la sensibilidad —entiéndase Artes y Humanidades— no puede ser más que una broma o estulticia.
Cuestionarse preocupadamente por la utilidad y lo servil es, para José Ortega y Gasset, una de las principales características del “hombre masa” cuya definición brinda en su ensayo La rebelión de las masas:

el hombre previamente vaciado de su propia historia, sin entrañas de pasado [...] no siente que existe en el planeta para hacer algo determinado e incanjeable, es incapaz de entender que hay misiones particulares y especiales mensajes. Por esta razón es hostil al liberalismo, con una hostilidad que se parece a la del sordo hacia la palabra. [...] Se comprende que aspire a prescindir de ella [la libertad] quien no tiene auténtico quehacer.

Por eso quienes no han consagrado sus percepciones a la apreciación estética siempre entran en conflicto cuando se les pregunta para qué asisten a alguna manifestación artística; o para qué estudian literatura, teatro o filosofía.
Quien me lo ha preguntado inspira en mí ser una gran ternura. Si tengo tiempo, disposición e interés, platicamos largamente (a veces por años) si no, simplemente contesto que preguntarse eso sería como cuestionarse para qué comer si, inexorablemente, habremos de acudir al baño… Y cuando el interlocutor pretende lucir su ingenio manifestando la sinapsis que brota en su coco y argumenta que, en el caso de la alimentación, los nutrientes que el organismo recibe y administra para conseguir energía bien vale la pena el trámite de visitar el consabido water, yo confirmo: ¡Ándale, eso mismo pasa con las artes y las humanidades. Los nutrientes que ellas brindan son del tipo espiritual y se van directo a la energía vital del alma. Así como es debido alimentar al cuerpo (preferentemente de manera sana; ejercitarlo, si se puede) igualito habrá que darle de comer al alma pues si no, se enferma, languidece y, en ocasiones, se nos muere.
He visto personas cuyo cuerpo es un ambulante féretro de su alma. Gente sin espíritu; consumidores de cosas sin espíritu, incapaces de trascender o profundizar más allá de lo epidérmico… Sólo alguien así puede prescindir de la actitud filosófica, vivir tranquilo y, además, querer erradicarla del plan de estudios de bachillerato.


¡Pero si la materia de filosofía debería estar incluida en los planes de estudio desde el kinder garden! Es más, filosofía prenatal debería de haber. ¿Saben por qué? Por que la filosofía no sirve para nada. En todo caso, somos los humanos quienes servimos a la filosofía. Tratando de responder las preguntas universales que jamás contestaremos hemos logrado mantener la actividad filosófica, inherente al ser y de mayor efervescencia en el niño —filósofo por excelencia— que parte del asombro para conocer al mundo y conocerse y cuestionar su relación con él… Luego el niño, con soberbia pubertad, deja de preguntarse y es ahí donde urgen las clases de filosofía para intentar regresar al ser a la actitud contemplativa…




Continuará…












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2 comentarios:

Harllekin dijo...

Pero ke les pasa a esos sacrílegos ? (x ke debería ser pekado atentar kontra las artes... o lo ke es lo mismo... el alma, el yo, el tú, el todos) Y estaríamos mejor kon López Obrador... ahm... bueno no, pero de todos modos, aki vemos nuevamente un ejemplo más del poder ke ejercen las masas ante la sociedad kaotika donde las minorías siempre se ven afektadas por las komodidades de unos kuantos, ¿Sabías ke ya me deslegalizaron el matrimonio gay en California? y ni hablar del espasmo ke me sakudió al enterarme de ke mi tan amada Marcha del Orgullo (celebrada el ultimo fin de Junio) fué aplazada una semana antes... solo x ke a los polítikos les agradó tener libres los días previos a las elecciones para seguir haciendo su procelitismo... México despierta x favor!!!

Monique dijo...

un año tenía de pasar por tu blog, que hermos es encontrar una estrada como esta, como es de obviar, no por el hecho de que quieran quitar -o hayan quitado- la
filosofía como materia del plan de estudios (y así con la de historia). Sino por la razón que das para que se entienda la vitalidad de ésta. Encuentro ahí una luz en mi, desde hace un año, oscuro, piedroso y en ocasiones esperanzado camino.

Espero me recuerdes, antes era Amélie :) Un abrazo Jonathan